La restauración de monumentos históricos consiste específicamente en volver a poner una obra o monumento en buen estado o en la estimación que pudo haber tenido en su origen, con la finalidad de devolverla a la misma su belleza inicial, el valor documental que la caracteriza y las condiciones que la permiten ser considerada una obra de arte. La restauración y la conservación de los bienes culturales es conocida como una actividad profesional que se dedica a incentivar la permanencia de esas manifestaciones artísticas y culturales, al brindarles protección y de alguna manera rescatarlas de manera que puedan permanecer por generaciones futuras.
¿Cuándo se debería restaurar un monumento?
Las restauraciones de monumentos históricos son las acciones que se aplican de manera directa sobre un grupo de bienes culturales o arquitectónicos con el objetivo de poder detener los procesos dañinos que puedan tener o en otro sentido, reforzar su estructura. Las acciones que se aplican en la restauración de monumentos arquitectónicos o monumentos históricos se deben realizar cuando los bienes se encuentren en un estado de fragilidad a simple vista o que se mantengan en un constante deterioro a un ritmo considerablemente elevado, lo que aumente el riesgo de perderse en un tiempo relativamente breve.
Estas acciones se caracterizan por mejorar considerablemente el aspecto que tienen los bienes culturales y arquitectónicos, tomando en cuenta que la finalidad de la restauración de monumentos históricos es ofrecer un mayor tiempo de vida al objeto sin que llegue a perder las propiedades que le permiten la definición de patrimonio cultural, así también como de experimentar la menor cantidad de alteraciones posibles. Entre las actividades que se realizan en la restauración de monumentos arquitectónicos podemos encontrar la eliminación de productos de corrosión, desalinización, consolidación, desinfestación, entre otras.
Consejos para una correcta restauración
Cuando se realiza la restauración de monumentos históricos, debemos tomar en cuenta que el primer paso que debemos realizar es anteponer la conservación a la restauración, además de respetar los valores documentales que posee la obra de arte. Seguidamente, se deberán emplear los materiales que sean compatibles con los originales, en este caso lo más recomendable es utilizar materiales estables y reversibles. No se deberá hacer memoria integraciones hipotéticas y que puedan ser fácilmente reconocibles con la finalidad de evitar confusiones. Para aplicar este tipo de acciones también se debe efectuar un buen diagnostico previo a determinada restauración para luego documentarlo.